Patricios de Vuelta de Obligado

Patricios de Vuelta de Obligado

Patricios de Vuelta de Obligado es una asociación civil creada el 30 de octubre de 2008 en la ciudad de Buenos Aires, cuyos  propósitos son promover la cultura y el bien común, a través de:

 

 

a) Recreación del 2º Batallón de Patricios, unidad que tuviera una destacada participación en el Combate de la Vuelta de Obligado, llevado a cabo el 20 de noviembre de 1845, a través de la conformación de un grupo de recreación histórica vistiendo y comportándose, de forma tan idéntica como sea posible al original, y desempeñándose con el mayor rigor histórico posible.

 

b) Participar en eventos de recreación histórica, paradas, desfiles, homenajes, y/o cualquier otro tipo de actividad similar que sirva a los propósitos aquí descriptos.

 

c) Promover y divulgar el conocimiento de la historia del Regimiento de Infantería 1 “Patricios”, desde su creación hasta nuestros días, a través de trabajos bibliográficos, cursos, conferencias, organización de seminarios, monografías, trabajos de investigación y toda otra forma o medio de expresión; como asimismo a través de la creación de unidades de recreación con otros uniformes históricos usados por dicho regimiento.

 

d) Rendir homenaje a los militares y civiles, que participaron en los distintos hechos de armas contra las potencias extranjeras, por medio del estudio de la Historia, del mayor rigor en su interpretación y su divulgación, acercando la Historia a nuestros días.

 

e) Fomentar los vínculos con las demás unidades de recreación histórica existentes en el país y en el exterior.

 

f) Promover y actuar en actividades museísticas y afines.

 

g) Actuar en apoyo de las actividades sociales, culturales y turísticas que a tal efecto se desarrollen.

 

h) Intercambiar experiencias con organizaciones similares, y/o de docencia, conformar foros regionales y comunes que posibiliten el intercambio de conocimientos, o participaciones del cuerpo en eventos nacionales, regionales,  y/o internacionales.

 

i) La Asamblea de “la Asociación” podrá designar o constituir, delegaciones en el interior y/o exterior del país, a los fines enumerados en el presente artículo.

 

j) Cualquier otra actividad que se considere de utilidad para los fines y propósitos de la asociación.

 

k) Desarrollar un ambiente de camaradería, cordialidad y solidaridad entre sus asociados propendiendo al desarrollo y mejoramiento intelectual de los mismos. Quedan expresamente excluidos del objeto social los asuntos de carácter ideológico, político, religioso o personal.

 

Historia

 

En el mes de noviembre de 1845 el Brig. Gral Juan Manuel de Rosas ordenó al general Lucio Norberto Mansilla interceptar el paso de la flota anglo-francesa que pretendía navegar aguas arriba el río Paraná, desconociendo nuestra soberanía.  En la costa norte de Buenos Aires, a unos 160 kilómetros de la Capital, poco más allá de San Pedro, el río Paraná forma un recodo que se conoce como la Vuelta de Obligado.  A esa altura el río tiene unos setecientos metros de ancho, y por ahí debía pasar necesariamente la flota extranjera para llegar a Corrientes. En ese lugar el general mansilla levantó en tierra firme sus principales baterías: la denominada Restaurador Rosas mandada por Alvaro Alzogaray, la General Brown por Eduardo Brown, el hijo del almirante, la General Mansilla por Felipe Palacios, y la Manuelita por Juan Bautista Thorne.  Eran servidas por un total de ciento sesenta artilleros y otros sesenta de reserva, parapetados tras merlones de tierra pisada entre cajones.  Guarnecían las cuatro baterías quinientos soldados de infantería del 2do Batallón de Patricios al mando de Ramón Rodríguez y otra cantidad similar de milicianos, con varios cañones, en los espacios entre ellas.  De reserva, apostados en un monte, seiscientos infantes y dos escuadrones de caballería al mando de José Cortina.

 

Detrás de ellos, unos trescientos vecinos de San Pedro, Baradero, San Antonio de Areco y San Nicolás, reunidos a último momento.  La custodia del general, setenta hombres al mando de Cruz Cañete.

 

En la orilla, en un mogote aislado, estaban apoyadas unas anclas, a las que se asieron tres gruesas cadenas que atravesaban el río hasta la orilla opuesta, donde quedaron sujetadas a un bergantín armado con seis cañones al mando de Tomás Graig, estribor con frente al enemigo. Las cadenas se corrían sobre las proas, cubiertas y popas de veinticuatro buques desmantelados, hundidos y fondeados en línea. Con esto se propuso Mansilla mostrar a los anglo-franceses que el pasaje del río no era libre, y obligarlos a batirse si intentaban pasarlo.

 

La flota enemigo fondeó dos millas más abajo y durante dos días ambas fuerzas hicieron reconocimientos e intercambiaron algunos disparos de cañón. A las ocho y media de la mañana del 20 de noviembre de 1845 avanzaron sobre las baterías de Obligado once buques enemigos con noventa y nueve cañones de grueso calibre, de los cuales treinta y cinco eran Paixhans, de bala con espoleta y explosivos, acreditados por los estragos que habían hecho en los bombardeos de Méjico. Media hora después rompieron sus fuegos. La banda de 2do batallón de Patricios hizo oír el Himno Nacional. Mansilla, de pie sobre el merlón de la batería Restaurador Rosas invitó a los soldados a dar el tradicional grito de ¡viva la patria! Y a su voz arrogante y entusiasta, el cañón de la patria lo ilumina con sus primeros fogonazos. Otra media hora después y el combate se generaliza, entrando todos los buques en acción.  Los pechos de los soldados argentinos sienten por primera vez la lluvia de bala y metralla, pero sin embargo las baterías de tierra ponen fuera de combate dos bergantines ingleses.

 

Después de ocho horas de bombardeo incesante, los patriotas se quedan completamente sin municiones. Mientras los cañones de los buques enemigos siguen disparando, se lanza la infantería de desembarco sobre las diezmadas fuerzas argentinas. Mansilla se pone a la cabeza y manda calar bayonetas. Al adelantarse, es derribado por la metalla en el estómago y queda fuera de combate. El coronel Ramón Rodríguez lleva otra carga con los Patricios y repele al enemigo; pero éste finalmente logra controlar el campo. Los europeos contaron ciento cincuenta bajas en la Vuelta de Obligado y sus mejores buques quedaron bastante averiados. Los argentinos sufrieron seiscientos cincuenta hombres fuera de combate y perdieron dieciocho cañones. Durante casi ocho horas, no se dejó de hacer fuego de parte a parte. Fue un brillante hecho de armas para ambos bandos.

                                                                                                             

La victoria que alcanzaron los anglo-franceses resultó pírrica; quizás confiaron demasiado en lo que aseguraban los emigrados unitarios, su prensa y sus libros: que ante su presencia en las costas, los pueblos “sacudirían el yugo de Rosas y harían causa común con ellos”. Forzaron el pasaje del río y tal vez podrían dominarlo, pero supieron que no podrían avanzar tierra adentro, ya que se sublevarían contra ellos todas las fibras de un pueblo viril atacado en sus hogares.

 

El desengaño de los aliados fue tan grande, como impotente de ahí en más la prédica de los emigrados. Y después de Obligado, todos en la Confederación se pusieron sin reservas al servicio de la patria y de los principios que Rosas sostenía, ancianos de las luchas de la Independencia, gauchos viejos de la edad de oro, opositores y muchos unitarios conspicuos, como el coronel Martiniano Chilavert, el artillero más científico de la época. Pero además en toda América y en Europa se consideró a Rosas como el único jefe americano que había resistido las violencias y agresiones de las dos mayores potencias mundiales. Desde entonces será llamado “el grande hombre de la América”.

 

Es que en un recodo del Paraná, un 20 de noviembre de 1845, la entereza del general Lucio Mansilla, rigiendo el sentimiento nacional, en lucha desigual con los poderes más fuertes de la Tierra, supo grabar con sangre que no se borra los derechos indestructibles del honor y de la gloria de la nación. Por eso se ha instituido al 20 de noviembre como el Día de la Soberanía.

 

Uniforme

 

Los uniformes de gala contrastaban, por su lujo, con los llevados en campaña, que eran mayoritariamente ropas del país, chiripas y chaquetas.  El sargento conserva, y eran los únicos que la llevaban aún, la gorra de pelo típica de su especialidad.  Su grado está dado por llevar charreteras en el uniforme de gala y jinetas en el brazo derecho, y su especialidad denotada, además de la gorra, por la doble sardineta en los puños.

 

El soldado del segundo batallón viste íntegramente de rojo punzó.  Mamelucos, casaquilla, gorra y hasta las polainas son de ese color.  Las crónicas señalan que así estaban vestidos durante la campaña de Obligado, de gala para el combate.  Su pertenencia al segundo batallón se descubre por el número 2 al frente de la gorra de manga y la doble sardineta amarilla en el cuello.

 

tropa

 

Los oficiales no llevaban pantalones mamelucos como las clases y tropa, sino pantalones largos con franja de galón de oro. 

 

En la parte superior dos cintillos federales, de estilo militar para llevar en el pecho, uno con la efigie del Restaurador y otro con leyenda alusiva (“Mueran los enemigos de la Independencia Americana”), que se ha atribuido como premio militar por la Vuelta de Obligado. 

 

Bandera

 

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Fotos y Videos

 

 

 

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Fortines de Patricios de Vuelta de Obligado

 

Fortín Navarro

Almacén Museo “La Protegida”

Boulevard 19, esquina 30

(6605) Navarro – Pcia. de Buenos Aires

Secretario: Sr. Raúl Lambert

 

Videos del “Fortín Navarro”

 

Acto de Nombramiento – El Uno Grande

Música Federal – Gustavo Recalt – Cañuelas

Música Federal . Gustavo Recalt – Navarro

 

Banda Tambor de Tacuarí en la Angostura del Quebracho

Inauguración del monumento al Patricio VGM Claudio A. Bastida.

 

Reclutamiento

 

Estamos reclutando Patricios, si desea participar de nuestras actividades o recibir información adicional comuníquese con nuestra Secretaría a: [email protected]

 

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