José Camilo Crotto

José Camilo Crotto (1862-1936)

Felipe José Camilo Crotto nació en Dolores, Pcia. de Buenos Aires, el 25 de mayo de 1862, siendo hijo de Giuseppe Crotto, italiano y Valerie Villas, francesa. Su padre era dueño de “La esquina de Crotto” (1), posta de servicio de la galera “La Central” de Serafín Dávila y sus hijos, que recorrían esos parajes llevando correos y pasajeros. En 1878 se muda a Tapalqué donde funda en 1878 la estancia “La Italia”, actualmente estancia “San Enrique”.

Educado en el Colegio San José de Buenos Aires, José Camilo Crotto continuó los estudios en la Universidad local, en cuya Facultad de Derecho se graduó de doctor en jurisprudencia, en 1887. Lo hizo con una tesis sobre Causas que eximen de pena, exposición razonada y comentario de las disposiciones pertinentes al Código Penal.

Desde su juventud participó de las luchas políticas, enrolado en las filas que acaudillaba el doctor Leandro N. Alem, habiéndose encontrado en la revolución de 1890 como jefe de uno de los cinco grupos que integraban la Legión Ciudadana, brazo militar de la Unión Cívica, consagrándose como uno de los héroes del Parque. Estuvo entre los fundadores de la Unión Cívica Radical y fue el creador de uno de sus símbolos más característicos: “la boina blanca”. Siguiendo las ideas de Alem, estableció en la parroquia de San Cristóbal el primer Club Radical del país, institución que propició durante tres veces su nombre para el Consejo Deliberante de la Capital, banca que desempeñó con eficacia. En 1893 participó en la vanguardia revolucionaria, compartió prisión junto al Dr. Hipólito Yrigoyen y tuvo que expatriarse.

Entre los numerosos cargos públicos que desempeñó al regresar al país merecen señalarse su labor como tesorero de la Comisión de Desagües de la Provincia, y la de senador nacional por la Capital en 1912 para completar el período de Marco Avellaneda.

En 1915 publicó un volumen sobre Acción Parlamentaria y Política del doctor Crotto, referente a dicho año. Por entonces era presidente del Comité Nacional de la Unión Cívica Radical.

Intervenida la provincia de Buenos Aires en 1917, al realizarse las elecciones para renovación de los poderes de la misma, se le eligió gobernador, por una mayoría sin precedentes, de dos tercios de votos recibiendo las insignias del mando, el 1º de mayo de 1918, cargo que se vio obligado a dimitir el 20 de mayo de 1921, por graves disensiones políticas originadas dentro de su partido. El período fue completado por el vicegobernador Luis Monteverde.

Intentó efectuar una política independiente, al margen de las directivas presidenciales. Su enfrentamiento con el radicalismo bonaerense agudizó la crisis. El gobernador Crotto, según los yrigoyenistas, “por una disposición egocéntrica desconoció la potestad espiritual del presidente Yrigoyen”. El ministro del interior, Ramón Gómez, en una dura nota señala las falencias en las que habría caído ese gobernante: resurgimiento de viejas prácticas (casa de juego, de lenocinios e hipódromos); faltas de garantías a la propiedad, conflictos municipales y hasta el enfrentamiento con el estudiantado universitario de La Plata; haber atribuido el gobernador “a la juventud de todas las universidades nacionales el carácter de ácrata con una ligereza agraviante al patriotismo argentino”.

La presión del poder central obtuvo la renuncia del gobernador. Sin embargo, dedicó preferentemente atención a los problemas vitales de la provincia, tratando de afirmar el crédito de la misma, intensificar el trabajo agropecuario, afianzar las conquistas democráticas adquiridas, fomentar las industrias, propulsar la educación pública, caminos, etc.

También se recuerda que al “linyera” nativo se le dio el apodo de “croto” (2), a raíz de que siendo gobernador autorizó a los juntadores de maíz (la cosecha era manual) a viajar gratis en vagones ferroviarios de carga, hasta no más de siete por vagón. Al efecto, dictó el decreto del 7 de enero de 1920, permitiendo a los braceros para la cosecha trasladarse en los trenes sin pagar siempre que demostrasen que eran trabajadores rurales. A tal fin, el Departamento Provincial de Trabajo debía publicar con quince días de anticipación al levantamiento de la recolección, el número de obreros que se necesitaban en cada región y los salarios. A cada uno de ellos se le entregaba un carnet en el que se especificaban los datos personales y la clase de trabajo que había efectuado en épocas anteriores. En dicho carnet también se debía señalar la buena o la mala conducta de dichos obreros en el citado trabajo. Cuando los oficiales de policía en la recorrida controlaban el número de pasajeros, contaban hasta siete, haciendo bajar al resto; “ustedes siguen por Crotto”, decían. En otras palabras “los protegidos del gobernador”.

Alejado de la función pública se retiró a la atención de sus intereses privados. A pesar de ello, hizo declaraciones con motivo de la revolución del 6 de setiembre de 1930. Expresó al diario “El Día” de La Plata: “He visto con buenos ojos y satisfacción ciudadana la caída de un régimen artificial que la cultura argentina no podía soportar”.

Falleció en Buenos Aires, el 15 de junio de 1936. Se casó con Eva Mazzini, de apenas 17 años de edad, el 18 de octubre de 1896, y tuvo ocho hijos. El diario “La Nación”, publicó al ocurrir su deceso una larga nota biográfica junto con su retrato. Fue la figura más popular y pintoresca del Partido Radical en el Congreso de la Nación. En sus rasgos fisonómicos era un legítimo descendiente itálico. Cuenta Ramón Columba que el periodista Juan José Soiza Reilly lo llamó “il Cardinale”, de acuerdo a su apostura física. Agrega que “El doctor Crotto versificaba décimas con gran facilidad, y más de una vez sorprendía –dice- en el salón de tertulias de los senadores, con verdaderas payadas entre él y el doctor Antonio del Pino, senador por Catamarca, rodeados por todos sus colegas, que con grandes risotadas estimulaban la chispa de los contenedores”.

Con sus hermanos Jacinto y Enrique fueron dueños de grandes extensiones de campos y terrenos en Tapalqué (Pcia. de Buenos Aires). La estación del ferrocarril de ese pueblo lleva el nombre de Crotto.

Manuel Gálvez expresa en sus Memorias que cuando lo visitó no encontró una persona de talento, ni inteligente sino que era vivo nada más. Lo divirtió, le resultó gracioso con su exuberancia de ademanes y palabras, los movimientos de brazos, los desmesurados bigotes, el hablar pintoresco y las enormidades que contaba.

Dice el doctor Ernesto Quiroga Micheo: “ha sido ignorado por los historiadores radicales porque si bien fue el gestor de la candidatura de Yrigoyen y fiel amigo, posteriormente se enfrenta con él y como sucede en política, fue “conveniente ignorarlo”.

Referencias

(1) Durante décadas, la Esquina de Crotto fue el único refugio que los viajeros tenían para descansar en la senda Del Tuyú. Allí se cambiaban los caballos que tiraban de los carruajes y se proporcionaba comida y alojamiento.
(2) Con el tiempo, los crotos de cosecha desaparecieron y la palabra adquirió otro significado, designando a personas extremadamente pobres, que andan por la vida sin siquiera encontrar un tren en el cual viajar gratis.

Fuente
Cutolo, Vicente Osvaldo – Novísimo Diccionario Biográfico Argentino, Buenos Aires (2004).
Efemérides – Patricios de Vuelta de Obligado
Portal www.revisionistas.com.ar
Quiroga Micheo, Ernesto y Quiroga Vergara, Ernesto Raúl – Crotto: Historia de una ingratitud, Editorial Armerías, Buenos Aires (2004)
Solé, Lis – Historias largas de la familia Crotto, Alvear Ya, Setiembre (2019).

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