Horacio G. Piñero

Dr. Horacio G. Piñero (1869-1919)

Nació en Buenos Aires, el 12 de marzo de 1869. Era hijo de Ismael Ignacio Piñero y de Fortunata Olivera. Cursó sus estudios en el viejo Colegio Nacional, y luego los continuó en la Facultad de Ciencias Médicas. Pasó por el internado del Hospital de Clínicas, y trabajó en las salas de Clínica Médica de Cháves, Uballes y Ayerza. Se graduó en 1892 con una tesis sobre Observaciones clínicas, estudio práctico de la semiología y diagnóstico. Participó diariamente en el trabajo hospitalario hasta que fue nombrado médico del Hospital Rawson, y profesor del Colegio Nacional.

En 1896 realizó su primer viaje a Europa, visitando en Italia y en París a los grandes clínicos. Siguió un curso privado en el Instituto Pasteur bajo la dirección de Jules Bordet, y estudió alemán para escuchar a Rudolf Virchow, Emil Du Bois-Reimond, Ernst Viktor von Leyden y otros afamados maestros. Al año siguiente, de regreso en Buenos Aires, era ya jefe del laboratorio de fisiología, creado por el profesor Astigueta con la ayuda de Jaime R. Costa, y en 1898 obtuvo por concurso el cargo de profesor suplente con el sabio italiano De Grandis, que había sido contratado para la enseñanza experimental, Piñero se entregó con entusiasmo a esa disciplina.

Sus estudios de fisiología, y sobre todo de sicología experimental –que él inició entre nosotros-, llamaron la atención a todos los medios científicos, y en 1899 el ministro Osvaldo Magnasco le confió la cátedra de sicología en el Colegio Nacional, aceptando el carácter de sicofisiología experimental que Piñero había de darle, con la que alcanzó pronto gran resonancia.

En 1901 la nueva orientación de la sicología, que él había introducido entre nosotros, tomó carácter oficial en la Facultad de Filosofía y Letras. Invitado primero a dictar un curso, nombrado luego profesor suplente, y encargado al año siguiente de la enseñanza oficial, Piñero pudo dar a sus lecciones toda la amplitud deseable, elevando el prestigio de la nueva asignatura.

Introdujo en la enseñanza el método experimental que bajo el alto patrocinio de Wundt y de James, parecía abrir en ese entonces horizontes ilimitados a esa ciencia. Dotó a la cátedra de algunos instrumentos de sicología experimental adquiridos en diversas casas europeas, que constituyeron con los aparatos facilitados por el Colegio Nacional Central, la base de un nuevo laboratorio, el segundo que se estableció en Sudamérica, pues desde 1898 funcionaba en dicho colegio.

Asistió al Congreso Internacional celebrado en Montevideo en 1901, donde obtuvo un éxito de gran resonancia. En 1903 dio una conferencia invitado por la Societé de Psycologie de París, que fue muy aplaudida, vinculándose con sus colegas franceses. Dictó además, la cátedra de fisiología en la Facultad de Ciencias Médicas.

En 1904 participó en el Congreso Internacional de Medicina de Madrid, en cuya sección de fisiología tuvo, como siempre, una actuación señalada. Allí, y en toda Europa, en los cursos de fisiología de Richet y Langlois, en los de sicología de Janet y Dumas, en los de siquiatría de joffroy, Piñero fue un trabajador infatigable.

Consolidó la fisiología experimental e impuso los nuevos métodos de De Grandis, Costa y Alurralde. Aunque no fue experimentador, se interesó por desarrollar el laboratorio e hizo construir una sala de trabajo y otra quirúrgica.

Aparte de la función docente, realizó una labor intensa en materia de higiene. Fue secretario y luego director de la Asistencia Pública de esta capital. A su iniciativa se debe la conscripción de vacunadores que impartió domiciliariamente el virus de Jenner, cumpliendo una meritoria obra de profilaxis y prevención. La vigilancia e inspección de los productos alimenticios fue también gran preocupación suya, estructurando cuidadosamente el control sanitario municipal. Numerosos servicios médicos y hospitalarios fueron impulsados durante el período que dirigió la Asistencia Pública.

Fue fundador con José Ingenieros y Francisco de Veyga de la Sociedad de Sicólogía de Buenos Aires, y su presidente en 1908. Siendo médico del hospital de Alienadas, sus estudios de siquiatría y hasta sus informes médico-legales fueron de gran valor.

Su comunicación sobre La cuestión de las afasias, hecha al IV Congreso Médico Latino-Americano de Río de Janeiro en 1909, le sirvió para estudiar el asunto desde el punto de vista anátomo-patológico, fisiológico y clínico.

Presidió la sección Ciencias Sicológicas en el Congreso Científico Internacional Americano realizado en Buenos Aires en 1910, donde pronunció el discurso de clausura.

En sus clases presentaba los casos clínicos de la patología nerviosa y mental y enseñaba a los alumnos la técnica del laboratorio. Las dictaba en un lenguaje elegante; los experimentos que realizaba atraían a una numerosa concurrencia de médicos y de estudiantes de filosofía y letras.

Fue miembro de la Academia Nacional de Medicina de Buenos Aires (1909), del Instituto General de Sicología de París y otras corporaciones científicas.

Por rara coincidencia, mientras daba una clase de afasia, sufrió el primer ataque de la enfermedad que describía. Dos meses después falleció en Mar del Plata (Prov. de Buenos Aires), el 28 de enero de 1919. El doctor Alejandro Korn pronunció un discurso en el acto de la inhumación de sus restos en el Cementerio de la Recoleta.

Fue un verdadero maestro, dedicado a la cátedra, por la que sentía gran amor. Era de baja estatura, grueso en exceso, y amigo de la buena mesa. Orador verboso, elocuente y entusiasta.

Entre sus trabajos figuran: Contribución al estudio de las secreciones internas. Mutualismo glandular orgánico; Necesidad de intensificar el estudio del vivo; Los peligros de las corrientes eléctricas; Anafolaxia por los agentes físicos, escrito en colaboración con el Dr. Soler. Con todo no llegó a escribir libros fundamentales. Otras investigaciones están referidas a: Psicofisiología del lenguaje en el sordomudo, en el idiota y en los afásicos (1901); Enseñanza actual de la psicología en Europa y América; Psicofisiología de los órganos, de los sentidos; Psicofisiología de la atención; Psicofisiología de la conciencia, en Anales del Círculo Médico Argentino (1902); Fakires y fakiristas. Fisiopatología del ascetismo, en Archivos de Psiquiatría y Criminología (1903); Contribución al estudio de los niños retardados y anormales (1910); La cuestión de las afasias, en Trabajos de Laboratorio, t. II (1916); Psicología clínica. La locura en familia (psicosis comunicada familiar), en Anales de la Sociedad de Psicología de Buenos Aires, vol. I (1916); Contribución al estudio de los niños retardados y anormales; Psicofisiología de la inteligencia y del conocimiento. La atención y la cerebración. Motricidad e inhibición, en Trabajos de Laboratorio, t. II (1916).

Fuente
Cutolo, Vicente Osvaldo – Nuevo Diccionario Biográfico Argentino – Buenos Aires (1978).
Efemérides – Patricios de Vuelta de Obligado
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