Luis María Agote

Dr. Luis María Agote (1868-1954)

Nació en Buenos Aires, el 22 de setiembre de 1868, siendo sus padres Pedro Francisco Agote y Guiteria García. Su padre, hombre sumamente previsor, lo internó en el colegio de W. Junior. Luego estudió en el Colegio Nacional de Buenos Aires. Ingresó en la Facultad de Ciencias Médicas en 1887, al año siguiente, se le nombró practicante rentado de vacuna; en 1889, ayudante de la cátedra de Anatomía Descriptiva; en 1890 y 1892 practicante menor y mayor del Hospital San Roque. En 1893 obtuvo el puesto de practicante mayor en el Hospital de Clínicas, y poco después entró en el mismo cargo por concurso en el Hospital Rivadavia. Se graduó de doctor en medicina en 1893, con una tesis sobre Hepatitis supurada.

En 1894, fue nombrado secretario del Departamento Nacional de Higiene, y en 1895, aceptó el puesto de médico director del Lazareto de la isla Martín García, dejando una serie de memorias de la más alta utilidad. Desempeñó igualmente los cargos de médico de sanidad e inspector del Departamento Nacional de Higiene, médico adscripto del servicio del Dr. E. Cantón en el Hospital Ramos Mejía y médico del consultorio de niños de la Asistencia Pública. En 1899 fue jefe de sala del Hospital Rawson.

Se inició en la docencia universitaria como profesor libre de Clínica Médica en el año 1902 (Sala III del Hospital Rawson). En 1905, se presentó como candidato a profesor suplente de la misma materia, siendo nombrado en 1906. Esto inició la era de su profesorado. Más de una vez actuó como profesor interino de Semiología y Clínica Médica designado por la Facultad en reemplazo del profesor Sicardi, que fuera su maestro en más de un concepto. En 1911 y 1914, dictó cursos libres completos de Clínica Médica, mereciendo los mismos, la aprobación unánime del Consejo Superior de Medicina.

Se lo eligió diputado nacional de 1910 a 1914 y de 1916 a 1920. En su mandato, en 1913 consiguió una fuerte partida con destino a la construcción de un pabellón modelo de Clínica Médica en el Hospital Rawson, que pasó a depender de la Facultad de Medicina. El Instituto, su gran obra, se inauguró oficialmente el 11 de marzo de 1914. Incluso propició varias leyes que tendieron a solucionar el grave problema de la delincuencia juvenil, motivo por el cual el Instituto de Detención de Menores lleva su nombre.

Fue suplente de Clínica Médica durante die años consecutivos y al jubilarse el doctor Sicardi se presentó al concurso para titular, en 1915. Se inscribieron ocho candidatos de primera categoría, y tras una serie de votaciones que fueron empatadas, resultó vencedor. El 28 de mayo se le nombró profesor titular de la materia.

Ya desde entonces había comenzado a investigar con su laboratorista Lucio Imaz, que la sangre no se coagulase. Este fue el camino que emprendió Agote, consiguiendo un elemento que mantuviera la sangre en estado líquido, permitiendo así su almacenamiento y transborde para ser usada en el momento adecuado y en las cantidades requeridas.

Agote con su ayudante descubrió que el citrato de sodio evitaba la formación de grumos que habían sido hasta entonces el obstáculo insuperable para la transfusión aséptica y segura. Agote decidió hacer el ensayo en un ser humano. Este se realizó el 9 de noviembre de 1914, día en que Ernesto V. Merlo, médico interno del Instituto Modelo de Clínica Médica que dirigía Luis Agote, ejecutó bajo la atenta vigilancia de su jefe, la primera transfusión sanguínea estabilizada con citrato de sodio. El receptor fue un paciente afectado de tuberculosis pulmonar, siendo dador un allegado suyo, portero del Instituto, llamado Ramón Mosquera. “El resultado fue tan favorable –dice el doctor Agote en la comunicación de su descubrimiento- que tuvo desde ese instante, la firme convicción de que el problema estaba resuelto”. El estudio sistemático de la sangre del enfermo transfundido en los días subsiguientes y los trabajos investigativos de todo orden efectuados con ese material confirmaron plenamente los resultados clínicos obtenidos en la recordada oportunidad.

El doctor Agote hizo público su método, el 14 de noviembre de 1914, cuando José Machis, portero del Hospital Rawson, accedió a dar 300 cm3 de sangre a una parturienta. Ante la mirada atenta del doctor Agote se realizó el acto de transfundir la sangre, operación que ejecutó su ayudante el Dr. Merlo. Presenciaron el acontecimiento en un aula del Instituto Modelo de Clínica Médica del citado hospital, el Dr. Epifanio Uballes, rector de la Universidad de Buenos Aires; el doctor Luis Güemes, decano de la Facultad de Medicina; Dr. Baldomero Sommer, director de la Asistencia Pública, académicos, profesores y médicos. Todo fue un éxito y la paciente, tres días después, abandonaba el Hospital, completamente restablecida.

El “New York Herald” publicó una síntesis del descubrimiento y se comunicó la noticia a todas las legaciones en Buenos Aires de los países en guerra, pero no se reparó en la utilidad del método. Comprobada la eficacia de dicho método, Agote publicó Nouveau procede pour la transfusion du sang (Washington, 1916). Recién al finalizar la guerra, Francia puso en práctica el evento terapéutico, pero ya era tarde. Agote introduce en el mundo científico su método de transfusión con la sangre citrada.

Con posterioridad fue nombrado profesor honorario de la Facultad de Ciencias Médicas en 1932, y la Academia Nacional de Medicina en 1945 le confirió el título de académico honorario de la misma.

Sabio y escritor, dejó una producción científica importante. Entre sus principales obras figuran: La peste bubónica en la República Argentina y el Paraguay, en colaboración con Arturo Medina (1901), traducida al francés en el mismo año; Lecciones de clínica médica (1904); Las defensas naturales en los cardíacos (1909); Estudio de la higiene pública en la República Argentina: Consideraciones clásicas sobre la validez de los aórticos (1910); Armonías universales (1912); La salud de mi hijo (Manual de higiene para las madres,1912); Las úlceras del estómago y del duodeno en la República Argentina (1916), (Segundo Premio Nacional, 1918); La litiasis biliar (1920). En el campo de la literatura dejó varios libros, entre ellos: Nerón, los suyos y su época (1912), estudio histórico-clínico del emperador romano de gran interés, versación y estilo limpio. Otras quedaron inéditas, tales como Augusto y Cleopatra. La lucha por el Mediterráneo y Mis Recuerdos.

Se jubiló en 1929, a los 60 años. Murió en Buenos Aires, el 12 de noviembre de 1954. Estaba casado con María Robertson Lavalle, emparentada con el general Juan Lavalle, con descendencia.

En 1936 se dio su nombre al Instituto Modelo de Clínica Médica del Hospital Rawson, que fundara con tanto cariño. En la Avda. del Libertador casi frente al Museo Nacional de Bellas Artes se encuentra su busto de bronce. Una calle de la ciudad lo recuerda. Era más bien bajo, de cabeza redonda, cuerpo menudo y hablar pausado, de mirada franca y directa.

Fuente
Cutolo, Vicente Osvaldo – Nuevo Diccionario Biográfico Argentino – Buenos Aires (2004).
Efemérides – Patricios de Vuelta de Obligado
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