Felipe Heredia

Brigadier General Felipe Heredia (1797-1852)

 

Nació en Tucumán en el año 1797, siendo sus padres José Pascual Heredia, alcalde de Las Trancas y Alejandra Acosta.  Empezó a prestar sus servicios militares, como cadete de una de las compañías con las que contribuyó aquella provincia para el Ejército Auxiliar del Alto Perú, el 1º de setiembre de 1810.  En enero de 1811 pasó a prestar servicios en su calidad de cadete, al Regimiento de Caballería de Línea del Perú, asistiendo a la desastrosa batalla de Huaqui, el 20 de junio de aquel año.  Al año siguiente se halló en el combate del río de las Piedras y en la batalla de Tucumán, desempeñando las funciones de portaguión de su Regimiento, asistiendo igualmente a la de Salta, el 20 de febrero de 1813, por lo cual se le dio el empleo efectivo de porta-guión, con fecha 25 de mayo de aquel año, siendo graduado teniente 2º, el 23 de octubre del mismo, encontrándose en las desastrosas acciones de Vilcapugio y de Ayohuma y en el repliegue ulterior del Ejército Auxiliar hasta Jujuy.  Recibió la efectividad de teniente, el 23 de abril de 1814.

 

El 26 de julio de 1814 revista como teniente del 1er Escuadrón del Regimiento de Dragones, con el cual permaneció un tiempo destacado en la quebrada de Humahuaca.  En la campaña del año 1815, bajo las órdenes del general Rondeau, Heredia toma parte,  asistiendo al combate del Puesto del Marqués, el 17 de abril bajo el comando superior del general Fernández de la Cruz.  El 20 de octubre se encuentra en el combate de Venta y Media, bajo el mando del general Martín Rodríguez, y en esta acción en que fue herido el flamante sargento mayor José María Paz, el teniente Heredia, le prestó ayuda en tan grave circunstancia.  El después General, dice en sus “Memorias Póstumas”: “Cerca de dos leguas duró la persecución, y yo tuve que seguir desangrándome copiosamente, hasta que el teniente D. Felipe Heredia (hoy general en Buenos Aires), me ligó el brazo con su corbata y me lo puso en cabestrillo lo mejor que pudo”.  El 16 de este mes, Heredia había recibido el despacho de ayudante mayor del Regimiento de Dragones del Perú, del cual era sargento mayor José María Paz.

 

Se batió en la desastrosa acción de Sipe-Sipe, el 29 de noviembre de 1815 y acompañó al Ejército Auxiliar en su repliegue hacia Jujuy, prestando servicios avanzados con su Regimiento en la quebrada de Humahuaca a fines de aquel año y los primeros meses del siguiente.  En agosto de 1816, pasó con su cuerpo a acantonarse en Las Trancas, donde recibió el grado de capitán, el 26 de noviembre de 1816, en la 1ª compañía del 1er escuadrón del Regimiento de Dragones que había pasado a llamarse “Dragones de la Nación”.

 

El 20 de junio de 1817 recibió la efectividad de capitán, siendo graduado de sargento mayor, el 6 de agosto  del mismo año, en el 1er Escuadrón del Regimiento de Dragones de la Nación.  Cuando a comienzos de 1819 el Ejército Auxiliar, que comandaba el general Belgrano, recibió órdenes de retrogradar sobre la provincia de Santa Fe, para cooperar en la campaña que realizaba contra las montoneras de Estanislao López el ejército directorial mandado por el general Viamonte, el ya teniente coronel Heredia, quedó en el acantonamiento de Tucumán y cuando se produjo en esta ciudad la sublevación del capitán Abraham González, que llevó al poder a Bernabé Aráoz, movimiento que fue precursor del de Arequito, Heredia fue destacado por los sublevados a la cabeza de una fuerza que marchó sobre Córdoba, con el fin de apoyar el estallido del movimiento en aquella provincia.  Pero el pronunciamiento de Arequito, el 8 de enero de 1820, hizo innecesario su avance sobre aquella Capital y Heredia regresó a Tucumán.  Cuando a fines de enero de aquel año, el general Belgrano gravemente enfermo, emprendió su postrer viaje desde la ciudad que fuera teatro de su primer victoria, hasta Buenos Aires, el teniente coronel Heredia, a la cabeza de 100 hombres, prestó escolta al General hasta la ciudad de Santiago del Estero.  El 6 de setiembre de 1820, Heredia recibió los despachos de coronel graduado, y en diciembre, el gobernador de Salta, general Güemes, le nombró su ayudante.  En julio de 1821 recibía la efectividad de coronel.  Todos estos ascensos le fueron otorgados por Güemes, en su calidad de general en Jefe del Ejército de Observación del Perú, a excepción del empleo de teniente coronel efectivo, que le fue discernido el 31 de julio de 1820, por el gobernador Bernabé Aráoz, con el mando del cuerpo de Dragones Veteranos de Tucumán.

 

Continuó prestando servicios en su provincia natal y tomó parte en la expedición que el gobernador de Salta, Gorriti, despachó en 1827-28 contra Juan Facundo Quiroga, de La Rioja.

 

El 28 de setiembre de 1832 fue nombrado comandante general de armas de la provincia de Tucumán.  Cuando en diciembre de 1834 se produjo el asesinato del general Pablo Latorre, en Jujuy, el ya general Felipe Heredia (había sido promovido a coronel mayor de la provincia de Salta, el 18 de enero de 1833), fue destacado por su hermano Alejandro, gobernador de Tucumán, para restablecer el orden allí.  En setiembre de 1835, con su hermano Alejandro, entraron en Catamarca, a la cabeza de 400 veteranos y 100 auxiliares santiagueños, después de haber hecho huir a 1.500 catamarqueños que les puso el general Figueroa.  Cooperó con el general Alejandro Heredia para batir a los revolucionarios tucumanos encabezados por el general Francisco Javier López, en las márgenes del río Famaillá, el 23 de enero de 1836, en la que cayeron prisioneros los jefes rebeldes, siendo pasado por las armas, el precitado López.  Casi de inmediato, y por distintos caminos, los dos generales Heredia penetraron en la provincia de Salta que cruzaron triunfalmente, sin disparar un tiro, lo que obligó a renunciar el 5 de marzo al gobernador Antonio Fernández Cornejo.

 

El general Felipe Heredia fue nombrado gobernador y capitán general de la provincia de Salta, por reiterada elección, el 15 de abril de 1836 y se hallaba ejerciendo este cargo político, cuando Juan Manuel de Rosas le designó 2º general y jefe del Estado Mayor del Ejército Confederado de operaciones contra el Presidente de Bolivia, mariscal Santa Cruz.  Heredia interpuso ante la Legislatura su renuncia del cargo de gobernador el 21 de noviembre y no habiéndole sido aceptada, el 7 de diciembre del mismo año (1837) delegó el mando en el coronel Evaristo de Uriburu.  Heredia se incorporó con las milicias de Salta, al ejército de operaciones, que mandaba en jefe su hermano Alejandro.  Las hostilidades habían comenzado a mitad de 1837, y el general Felipe Heredia, en el mes de setiembre, a la cabeza de 400 jinetes, se posesionó del pueblo de Humahuaca y en la tarde del 12 de aquel mes, derrotó y dispersó completamente dos escuadrones bolivianos al mando del comandante Campero.  Al día siguiente, Heredia a la cabeza de sus tres escuadrones salteños, atacaba vigorosamente las posiciones enemigas de Santa Bárbara y las hubiese ocupado, si los bolivianos no hubiesen sido oportunamente reforzados.

 

En el ejercicio del gobierno de Salta, Heredia fue ascendido a brigadier general por decreto del 16 de setiembre de 1836.  La situación política creada a raíz del asesinato del gobernador de Tucumán, general Alejandro Heredia, cometido el 12 de noviembre de 1838, obligó a su hermano Felipe a emigrar a Chile, después de dimitir el mando en Salta, el 16 del mismo mes de noviembre, nombrando desde su cuartel general en San Agustín, una comisión gubernativa, compuesta por el coronel Juan Manuel Quirós y el teniente coronel Manuel Solá.  Regresó a Buenos Aires, y el 26 de agosto de 1839 Rosas le confería el empleo de coronel mayor del ejército de la Provincia de Buenos Aires, con anterioridad al 1º de enero del mismo año, habiendo llegado de Chile a la capital argentina, el 25 de julio de aquel año.  El general Heredia desde aquella fecha continuó prestando servicios cerca de Juan Manuel de Rosas, quien lo hizo revistar en la P. M. A. del Ejército hasta febrero de 1852, y cuando el pronunciamiento de Urquiza, reiteró su lealtad al Restaurador de las Leyes, en octubre de 1851 ante la invasión inminente de aquél.  Durante los últimos tiempos del gobierno de Rosas, desempeñó el cargo de edecán de S. E. y el de Inspector interino del Resguardo, puesto este último otorgado en octubre de 1846.

 

Después de Caseros, el general Felipe Heredia fue designado por Urquiza Inspector del resguardo en el puerto de la Capital y en el desempeño de este cargo falleció repentinamente en Buenos Aires, el 12 de julio de 1852.

 

El general Felipe Heredia era casado con Juana Manuela Cornejo, cuya otra hermana, Juana Cornejo, fue esposa del general Alejandro Heredia.  Juana Manuela Cornejo de Heredia fue bautizada en Salta el 25 de junio de 1808 y fueron sus padres, el coronel Juan José Fernández Cornejo de la Corte y Gertrudis Medeyros.

 

Fuente

Efemérides – Patricios de Vuelta de Obligado

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Yaben, Jacinto R. – Biografías argentinas y sudamericanas – Buenos Aires (1939).

 

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