Cancionero de Angel Vicente Peñaloza

General Angel Vicente Peñaloza (1798-1863)

 

Angel Vicente Peñaloza, estanciero y general del ejército de la Confederación llegó a ser el hombre clave del Noroeste, centrando su poder en las provincias de La Rioja y Catamarca, en las que las clases sociales más oprimidas fueron su punto de apoyo para enfrentar al ejército de Mitre y los intereses económicos, por él representados, de la burguesía portuaria y del imperialismo británico.

 

Distintas etapas pueden señalarse en la vida del Chacho, desde aquella en que se destaca luchando junto a Quiroga contra las fuerzas unitarias encabezadas por el general Paz, hasta la que se inicia en 1861 cuando, de vuelta de su exilio chileno, lo encontramos nuevamente transformado en el patriarca de Los Llanos. Debe entonces encabezar un movimiento contra los liberales que derrocaban a los gobernadores urquicistas. Desde Catamarca se lo llama y el Chacho con sus llaneros empuña las armas una vez más para desalojar a los usurpadores. La ausencia de Peñaloza es aprovechada por el Ejecutivo Nacional para ocupar La Rioja en febrero de 1862 y para impedir que el caudillo regrese. El general Paunero es el encargado de la acción. Ante la posibilidad del retorno de Peñaloza, la situación de los invasores se hace muy inestable, sobre todo si se agrega a esto la aparición de otros caudillos populares, con su forma de lucha no ortodoxa, desconcertante para los ejércitos regulares. Son ellos: Severo Chumbita, Felipe Varela, Fructuoso Ontiveros. Se firma entonces la paz en La Banderita y Peñaloza queda a cargo del control de la provincia. Pero la paz será momentánea.

 

En abril de 1863 dirá Peñaloza: “Después de la guerra exterminadora no se ha cumplido las promesas hechas tantas veces a los hijos de esta desgraciada patria. Los gobernantes se han convertido en verdugos de las provincias, atropellan las propiedades de los vecinos y destierran y mandan matar (…) a ciudadanos respetables por haber pertenecido al partido federal”. A esto debe agregarse la difícil situación económica provocada por la nacionalización de la deuda de Buenos Aires, que significaba responsabilizar a las provincias del pago de ella para beneficiar finalmente a los intereses de la Alta Banca Británica.

 

Frente a la injusticia y la maniobra financiera, la única respuesta de Peñaloza es la guerra y una proclama –el grito de Guaja- dirigida a sus llaneros y a su pueblo. Esperaba además que Urquiza finalmente diera su apoyo a esa lucha. No tomó en cuenta que el caudillo de Entre Ríos estaba ligado por sólidos intereses económicos a la burguesía porteña y a sus aliados extranjeros.

 

La represión de la montonera fue rápida y encargada nada menos que a Domingo F. Sarmiento, gobernador de San Juan y uno de los más encarnizados enemigos. La insurrección en el oeste fue total: La Rioja y Catamarca estaban en manos de los federales; en San Juan y Mendoza se llevaban a cabo acciones rápidas y efectivas.

 

Finalmente el Chacho se decide a entrar en San Juan para vencer allí a Sarmiento, pero es derrotado y vuelve a Los Llanos para refugiarse y lo hace en casa de un amigo en Olta. Por una delación, una partida del ejército nacional al mando del comandante Vera lo encuentra y el 13 de noviembre –o antes según José Hernández- es asesinado por el coronel Irrazábal de un lanzazo en el vientre, cuando ya se había entregado. Su cabeza será expuesta en la plaza de Olta para aleccionar a sus compañeros. El parte de guerra confeccionado por Sarmiento dirá que murió en pelea.

 

Alto y ¿quién vive?

 

Alto y, ¿quién vive?
La Patria.
¿Qué gente?
Paisana.
¡Viva Chacho con su gente!
¡Viva Pueblas el valiente!


Juan Gregorio Pueblas, teniente del general Peñaloza, tuvo a su cargo partidas de montoneros que actuaban en San Luis. Intervino también en el sitio a la ciudad de La Rioja, que culminó en junio de 1862. La ciudad se encontraba dominada por el general Paunero, quien se había atrevido a ocuparla debido a la ausencia del Chacho.


¡Achalay! ¡Que linda rosa!

 

Federales
¡Achalay! ¡qué linda rosa!
Chumbita con Peñaloza.
Unitarios
¡Achalay! ¡qué lindo encanto!
Taguada (sic) con cura Campo.


Severo Chumbita fue un caudillo que apoyó al Chacho hostilizando a las fuerzas gubernamentales, una vez que éstas ocuparon la ciudad de La Rioja en 1862. Manuel Taboada fue gobernador de Santiago del Estero y José María Campo fue gobernador de Tucumán impuesto en el cargo por los hermanos Taboada.


La buena sementera

 

Es buena la sementera
cuando el terreno es ladera.
Es fiero para querer
cuando la gente es autera.

 

¡Viva Dios, Viva la Virgen!
¡Viva la cinta punzó!
¡Muera la celeste y blanca!
¡Viva la Federación!

 

¡Viva Dios, Viva la Virgen!
¡Viva la estrella mayor!
¡Viva Peñaloza y Puebla
con todo su batallón!

 

¡Viva Dios, Viva la Virgen!
¡Viva la flor del peral!
¡Viva la mujer que tenga
trato con un federal!.

 


Sin patria no hay religión

 

Sin patria no hay religión,
sin religión ya no hay patria,
sin Peñaloza, opinión,
ya todo será desgracia.

 

Yo soy militar constante
cargado de munición;
para que a nuestra bandera
no la ultrajen con rigor.

 

Gracias a Dios que he oído un tiro
a favor de nuestro pueblo.
Esta no es revolución
sino por cambiar gobierno.

 


El pago “Las Lomas Blancas”

 

El pago “Las Lomas Blancas”
¡qué pago tan desgraciado!
El día menos pensado
ya salimos derrotados.

 

En veinticinco de Mayo,
cuando las balas lloraban,
Varela nos repetía
que no se rindan por nada.


En abril de 1863, el Chacho lanza una proclama, “El Grito de Guaja”, “a los hombres todos, (quienes) no teniendo ya más que perder en la existencia, quieren sacrificarla (…) en el campo de batalla, defendiendo sus libertades, sus leyes y sus más caros intereses atropellados vilmente”. Busca el apoyo de Urquiza, pero antes que nada llama a la insurrección general. Los pueblos, guiados por sus caudillos, se levantan por sus reivindicaciones económicas, su libertad y la soberanía de su tierra contra el ejército de Mitre y los intereses británicos por él representados. La represión es tremenda. El Chacho libra una batalla sangrienta en Lomas Blancas, Los Llanos, contra el coronel Sandes, herido en la batalla, pero debe retirarse a Córdoba donde es recibido con aclamaciones por el pueblo.


Venía el coronel Sandes

 

Venía el coronel Sandes (1)
al frente de los porteños
y el general Peñaloza
no lo tuvo, ni en el sueño.

 

Al frente de los porteños
venía el coronel Sandes,
p’al general Peñaloza
¡ay! ¡qué desgracia tan grande!

 

Con la venida ‘e los porteños
los Llanos ¿qué pensarían?
¡Que Rioja tan desgraciada!
¡ay, amada patria mía!

 

Al paso que va la guerra
la provincia se ha’i perder.
No quedará qué ensillar
ni tampoco qué comer.

 

El encuentro lo tuvieron
en el campo ‘e Lomas Blancas
(2)
y a Sandes de un lazazo
lo sacaron de las ancas.

 

Entró el coronel Sandes
a esta acción en su yegua
y recibió un lanzazo
de un muchacho poncho i jerga.

 

Peñaloza diz que es muerto,
no hay duda que así será.
Tengan cuidado, magogos,
(3)
no vaya a resucitar.


1) El coronel Ambrosio Sandes fue uno de los invasores de La Rioja. Había sido enviado por el gobierno de Mitre y debió encargarse de la represión de la montonera federal del noroeste. Luchó contra el Chacho en Lomas Blancas.

2) Véase nota al cantar anterior.

3) Demagogos.


El año sesenta y cuatro

 

El año sesenta y cuatro, (1)
mil ochocientos sesenta,
murió nuestro general
con las mayores afrentas.
(2)

 

Don Vicente Peñaloza
confiado en su bienestar,
no se quiso retirar
de una casa peligrosa.
Fue su muerte aventurosa
por sus amigos ingratos,
que son unos insensatos
en su modo de pensar,
que lo supieron matar
el año sesenta y cuatro


. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
mil ochocientos sesenta.
Dicen que en el lugar de Olta
le han cortado la cabeza
pillándolo de sorpresa
una partida de flota.
(3)
Así ha corrido la nota,
no sé si será verdad.
Mas como el hombre es mortal
no se sí he de persuadir,
casi estoy a consentir:
murió nuestro general.
Con los mismos compañeros
diz que lo han hecho matar;
el uno voy a nombrar
por ser el más traicionero,
que fue Francisco el Minero,
(4)
en esta muerte violenta,
como le dure la venta
siempre ha de vivir conforme
y así no se mata a un hombre
con las mayores afrentas.


1) La muerte del Chacho ocurrió en noviembre de 1863 y no en el año que constata el cantar. En cuanto al día del asesinato, las versiones son contradictorias.

2) El general Peñaloza fue asesinado por el coronel Irrazábal de un lanzazo en el vientre, una vez que había entregado sus armas. Luego le cortan la cabeza que es expuesta en la plaza de Olta. El parte oficial dirá que fue fusilado. Este fue confeccionado por Sarmiento, Director de la guerra, que además ascendió a Irrazábal y al comandante Vera, responsable de la partida.

3) Multitud.

4) Francisco el minero, o Pancho, había sido hecho prisionero junto con una partida de hombres del Chacho. Aquél se prestó para llevarlos hasta el lugar en que se encontraba el caudillo riojano.


Dicen que al Chacho lo han muerto

 

Dicen que al Chacho lo han muerto,
yo digo que así será.
Tengan cuidado magogos
no se valla a levantar.

 

¡Viva Dios, viva la Virgen!
¡Viva la flor del melón!
¡Muera la celeste y blanca!
¡Viva la federación!

 

¡Viva Dios, viva la Virgen!
¡Viva la flor del nogal!
¡Viva la mujer que tenga
¡tratos con un federal!

 

¡Viva Dios, viva la Virgen!
¡Viva la flor del melón!
¡Viva el general Paunero
en la boca de un cañón!

 

¿Qué es aquello que relumbra
debajo de aquella mesa?
Son ojos de los salvajes
que están haciendo promesa.


Estas cuartetas aparece repetidas en varios de los cantares que refieren la muerte del Chacho.

 


Los salvajes unitarios

 

Los salvajes unitarios,
amigos del interés,
esclavos del federal,
aunque no quieran han de ser.

 

Qué es aquello que relumbra
debajo de aquella mesa,
los ojos de los magogos
que están haciendo promesas.

 

Dicen que el general es muerto
yo digo que así será.
¡Tengan cuidado magogos
Que el muerto resucitará!

 

¡Ay! jué pucha mundo ingrato,
pérfido, ingrato y traidor,
con lo que pagas finezas
que tu jefe te brindó. (1)


1) La alusión es sin duda a Pancho el minero (Véase nota 4 al cantar: “El año sesenta y cuatro”).

 


En la plaza venden sandías

 

En la plaza venden sandías,
en la recova, melones,
en las barbas de Paunero (1)
hacen nido los ratones.

 

El general Peñaloza
andaba muy descuidado,
cuando salió para afuera
se halló de gente rodeado.

 

El general Peñaloza
no tuvo más que decir:
-Perdón le pido a mi Dios,
como que voy a morir.

 


A la bandera de Mitre

 

A la bandera de Mitre,
a ella no m’hi y rendir.
Si viviera Peñaloza
por él sí he de morir.

 


En las sierras y en los llanos

 

En las sierras y en los llanos
está la sangre corriendo
de los chachinos que han muerto.

Los vivos andan huyendo.

 


Ya se ha muerto Peñaloza

 

Ya se ha muerto Peñaloza,
solito se va a la gloria
todavía sigue la guerra
Pueblas con doña Victoria.
(1)


1) Victoria Romero de Peñaloza luchó junto a su marido contra el ejército regular que respondía a las órdenes del gobierno de Mitre. Después de la muerte del Chacho fue llevada, por orden de Sarmiento, encadenada a San Juan. Allí se la obligaba a barrer la plaza.

 

Fuentes

Blomberg, Héctor Pedro – Cancionero Federal – Buenos Aires (1934)

Carrizo, Juan Alfonso – Cancionero popular de Catamarca – Buenos Aires (1987).

Chávez, Fermín – Juan Manuel de Rosas, su iconografía – Buenos Aires (1970).

Draghi Lucero, Juan – Cancionero popular cuyano – Mendoza (1938).

Fernández Latour, Olga – Cantares Históricos de la tradición argentina – Buenos Aires (1960).

Lanuza, José Luis – Cancionero del tiempo de Rosas – Buenos Aires (1941).

Moya, Ismael – Romancero – Buenos Aires 81941).

Oscar J. Planell Zanone / Oscar A. Turone – Agrupación Patricios Reservistas – Patricios de Vuelta de Obligado.

Rivera, Jorge B. – La primitiva literatura gauchesca – Buenos Aires (1968).

Rosa, José María – Historia Argentina.

Soler Cañas, Luis – Megros, gauchos y compadres en el cancionero de la Federación – Buenos Aires (1958).

Terrera, Guillermo Alfredo – Cantos tradicionales argentinos – Buenos Aires (1967)

Turone, Gabriel Oscar – Cantares de la Federación – Buenos Aires (2008).

Vignolo, Griselda y Nuñez, Angel – Cancionero Federal – Buenos Aires (1976).

 

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