El honesto coronel de Rosas

Juan Manuel de Rosas (1793-1877) - Oleo, Colección Museo de Patricios de Vuelta de Obligado

Había cierto honestísimo coronel a quien Rosas estimaba, pero al que dejaba vegetar en una vida de extremas privaciones por lo reducido del sueldo. Fue tan grande la penuria agravada por enfermedades en la familia, por encontrarse agotado su crédito, que el pobre hombre no tenia puerta por donde llamar. Desesperado se resuelve a elevar un memorial al señor gobernador, padre de los pobres, como le decían, exponiéndole su penosa situación y demandándole un socorro.

La petición debió ser redactada en el lenguaje servil y ampuloso de la época, pero como en el fondo decía la verdad, y Rosas tenía inspiraciones generosas, mandó llamar al solicitante.

Introducido a la presencia del gobernador, ante quien se presentó muy lleno de temor, aquel le dijo que extrañaba ese pedido y la queja de que el sueldo fuese escaso, puesto que otros buenos federales como el señor don …, con igual sueldo, podía vivír no sólo en holganza sino que él sabía que había comprado varias fincas. En virtud de lo cual, dijo S. E.:

- Coronel, Ud. debe ser muy vicioso.

La sorpresa y la angustia del honrado militar fueron tan grandes, que no sabía cómo probar que era hombre de costumbres honestas; padre de familia honrada y que no tenía vicio alguno; pero que el sueldo era tan pequeño, que apenas podía dar de comer a sus hijos.

La sinceridad de este hombre, sobre cuya honradez Rosas no dudaba, fue tal, que después de un momento de silencio, le dice:

- Mire, coronel, Ud. debe ser muy maula. Vaya a ver por mi orden al señor capitán … y dígale que yo lo mando para que le informe cómo con su sueldo puede vivir y comprar casas.

Pero, añadió:

- Como Vd. es poco práctico, le voy a dar una orden para que le entreguen a buena cuenta una suma de dinero; con ella remedie sus necesidades, y venga a decirme luego qué le ha dicho el señor capitán.

El coronel agradeció a S. E. el favor que le dispensaba e inmediatamente fue a cumplir la orden que había recibido.

El personaje aludido impuesto del encargo de S. E. comprendió su alcance, y dijo al coronel que efectivamente con el sueldo que tenía no podía vivir, pero que, con los gajes del empleo y por la benevolencia de las personas a quienes servía, tenía algunas entradas con las cuales se mantenía y hacia economías.

Rosas había llenado su objeto, le había hecho saber que sospechaba de sus abusos como empleado público, pues con escasos sueldos no se economiza y hace fortuna.

Como es de suponerse el coronel le trasmitió el informe, y entonces Rosas le mandó dar dinero para que comprase una casa y le asignó una ayuda de costas o auxilio, pagado en la forma que acostumbraba S. E.

Fuente
Efemérides – Patricios de Vuelta de Obligado
Gálvez, Victor (Quesada, Vicente Gregorio) – Memorias de un Viejo, Ed. Peuser, Buenos Aires (1889)
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