Philippe Bertrés

Philippe Bertrés (1785-1856)

Nació en en Puntous, Hautes Pyrénées (Francia) en 1785, siendo hijo de Pierre Norbert Bertrés (1) y Marie Claire Andrée Breuils. Pertenecía a una familia acomodada. Se educó en París, donde obtuvo el título de ingeniero en la Escuela Politécnica de dicha ciudad. Vino a América, viajando como aspirante a oficial a bordo del bergantín “Consolateur” y desembarcando en Maldonado el 9 de agosto de 1808. Desde entonces, se radicó en Buenos Aires. En 1810, se pronunció por la causa de Mayo, y en 1813 era teniente de ingenieros en el Ejército del Norte.

Por encargo del general Rondeau hizo las fortificaciones para la defensa de la Quebrada de Humahuaca, en Tumbaya (Jujuy), que no llegaron a usarse nunca. Rondeau lo ascendió a capitán graduado de ingenieros, el 25 de noviembre de 1815, participando de la tercera campaña ofensiva sobre el Alto Perú. Asistió a las diversas incidencias de la misma, entre ellas, la toma de Potosí y la derrota de Sipe-Sipe.

Reincorporado a los restos del ejército de Suipacha confeccionó un plano de la batalla, que elevó al gobierno, el 29 de diciembre de 1815. Al año siguiente, el Director Pueyrredón le otorgó el grado de capitán de ingenieros, con retroactividad al año anterior.

Estuvo en el Ejército del Norte hasta 1819 y pocos años más tarde pasó a Tucumán, donde ejerció el cargo de agrimensor titular del gobierno local. Levantó un plano detallado de la ciudad, y se le encomendó abrir nuevas calles y tareas de nivelación, las que aprobó el gobierno. En esa época, se inició también la obra de pavimentación de la ciudad.

El gobernador de Tucumán, Abraham González, le otorgó los despachos de teniente coronel efectivo de ingenieros, el 14 de setiembre de 1821. A fines del año siguiente, el Jefe de Policía de Buenos Aires le aprobó un plan “para arreglo de las calles y numeración de las casas de la ciudad”.

El 1º de agosto de 1823, presentó un “plan de sepulturas” para el Cementerio del Norte, inaugurado el año anterior, trabajo que fue aprobado por el gobierno, el cual decidió nombrarlo Inspector General de Obras y Contador del Departamento de Policía. En ese cargo formuló un proyecto de decreto estatuyendo la forma y precio de venta de las sepulturas de dicho enterratorio.

Poco después, eleva un “Plano Topográfico de Buenos Aires”, que resultó aprobado por el ministro Rivadavia, el 12 de agosto de 1823, con una nota dirigida por este último al Jefe de Policía, altamente elogiosa para su autor, donde resolvía acordarle protección a ese trabajo, si resultaba de utilidad, como efectivamente sucedió.

Nuestro biografiado presentó, además, proyectos sobre rectificación y ensanche de algunas calles, los que merecieron la aprobación de Rivadavia, que siempre estaba dispuesto a aprobar toda idea progresista. Su “Plano Topográfico” que le dedicó, se trata de un trabajo claro, didáctico, realizado para ponerlo al alcance de todos los entendimientos. Es la labor de un divulgador. El primer plano de esta ciudad que se hizo fuera de escala, con una amplitud de las calles un tanto exageradas, pero necesaria para que quepan sus propias denominaciones.

En 1826, pasó a Tucumán para fundar y dirigir la primera escuela pública por el sistema lancasteriano, en la que se educaron muchos jóvenes que más tarde se destacaron en la vida pública de la provincia. Participó también en la guerra civil acaecida en ese año. Luego construyó acequias entre ellas, las que fueron llamadas “de la Patria”, de inmensa utilidad pública; fue miembro de la comisión de estadística de la provincia; confeccionó el plano de su ejido y formó parte de varias comisiones honoríficas.

En 1831, dirigió la construcción de la primera pirámide conmemorativa de la Ciudadela en honor de Manuel Belgrano, y levantó el plano de la iglesia Matriz a medio construir. Fundó, además, la primera escuela de cadetes de Tucumán.

En 1832, emigró a Bolivia, con el propósito de participar en las contiendas civiles que ensangrentaban a las provincias argentinas.

El 25 de octubre de 1838, se le confió en la ciudad de La Paz la dirección de las obras públicas, arreglando varias de sus calles como lo había realizado anteriormente con las de Potosí.

A principios de 1842, fue dado de alta en el ejército boliviano durante la administración de Ballivián, como coronel graduado, en la sección de ingenieros. Por orden del presidente trazó el mapa oficial de la República de Bolivia, en 1843.

Otra derivación de su trabajo fue la publicación de la obra intitulada: Descripción Topográfica e Histórica de la Costa del Mar correspondiente a Bolivia, de sus Lagos y Ríos Navegables, con una Estadística particularizada en lo posible, en 1844. Organizada por una Introducción y dos capítulos, tiene por objetivo dar a conocer la navegabilidad de Bolivia, tanto de sus costas en el Pacífico como de sus regiones orientales y sobre la flora de los departamentos de La Paz, Cochabamba, Santa Cruz y Beni.

Hallándose en Sucre, en 1844, pidió su retiro por el mal estado de su salud, y con deseos de regresar a la Argentina.

Radicado en Tucumán, que a la sazón estaba gobernado por el general Celedonio Gutiérrez, practicó trabajos y estudios geográficos y astronómicos de importancia.

El 18 de julio de 1848, fue nombrado ingeniero arquitecto de Bolivia, y en ese cargo dirigió la construcción del célebre puente sobre el Río Pilcomayo, y también la pirámide conmemorativa de la batalla de Ingaví. Otra obra importante que realizó Bertrés es el fuerte de Pan de Azúcar, construido aproximadamente después de la batalla de Ingavi, situado cerca de Viacha y de Chuñuchuñuni. Edificado sobre base de piedra y adobe, actualmente se encuentra deteriorada por el tiempo. Esta fortaleza se construyó “aprovechando una antigua fortaleza precolombina, situada sobre una colina de granito que por su forma recibe el nombre de Pan de Azúcar”. Es necesario mencionar que la fortificación tiene nichos interiores para el resguardo y estrechas cámaras para centinelas. Influenciado por la arquitectura triunfalista francesa

De regreso a Tucumán, el 6 de noviembre de 1852, el gobernador constitucional coronel Manuel A. Espinosa lo designó Presidente de la Junta Inspectora de Escuelas. Dos años después integró como miembro la comisión para levantar una estadística general en la provincia que comprendiese sus límites territoriales, población, industria, comercio, y otros datos durante la administración del gobernador presbítero José María del Campo.

En 1855, fue nombrado ingeniero de la provincia de Salta, y encargado de la dirección de varias obras públicas, entre otras, el Cementerio y la Catedral. Relevó el primer mapa de la provincia realizado en parte, y de la de Tucumán, en gran formato.

Debido a sus trabajos excesivos, y a la enfermedad de su pierna derecha, murió en Salta, el 12 de octubre de 1856, a la edad de 70 años. Fue sepultado al pie del altar mayor de la iglesia de la Merced. Se había casado, en primeras nupcias, con María Cainzo, y en segundas, con Josefa Petrona Moyano Anabia (1801-1875), a la que se le acordó como pensión, el 1º de agosto de 1874, el sueldo íntegro del capitán de ingenieros. De su matrimonio tuvo 15 hijos. Un Oleo suyo ejecutado por Daría Santibáñez, existe en el Museo Histórico Nacional.

Referencia

(1) En 1779 era oficial en el Régiment d’Aquitaine. Fue también Comandante de la legión Puntous y Alcalde de Puntous (Departamento de Hautes Pyrénées, Francia)

Fuente
Cutolo, Vicente Osvaldo – Nuevo Diccionario Biográfico Argentino, Buenos Aires (1968)
Efemérides – Patricios de Vuelta de Obligado
Portal www.revisionistas.com.ar
Pradel, José E. – Agrimensor francés en Bolivia – El Diario, Diciembre (2018)

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