Convento de los Recoletos

Centro Cultural Recoleta

Al lado de la Basílica del Pilar, en la calle Junín 1930 se encontraba ubicado este antiguo Convento, en el que funcionaba el Asilo de Ancianos General Viamonte. En el año 1716 Fernando Miguel Valdés e Inclán y su esposa, Gregoria de Herrera Hurtado, donaron una fracción de tierra de quinientas varas de frente por una legua de fondo para un convento de recoletos. Un año antes en este terreno se había edificado, por donación de Juan de Narbona, y con el consentimiento de sus propietarios, una capilla con cuatro celdas y otras dependencias, donde habitaban algunos recoletos descalzos.

La posición exacta de esta primitiva capilla fue fijada en el año 1934, cuando al efectuarse la restauración del templo puso en descubierto una escalera por la que los religiosos pasaban directamente desde sus celdas al templo.

La construcción del convento, financiada por el citado Narbona, comenzó en 1716, dirigiendo la obra el arquitecto jesuita Andrés Blanqui, autor también de los planos de la iglesia del Pilar y de otros templos de nuestra ciudad.

El 7 de mayo de 1717 Juan de Narbona firmó ante escribano la escritura de compromiso para la fundación del convento de los recoletos, legalizando de esta manera ante el Cabildo su actuación, y el 17 de enero de 1718 hizo lo mismo ante las autoridades de la Orden Franciscana, quienes le concedieron los privilegios de Patrono y la primera misa, como el donante había solicitado.

El 24 de setiembre de 1717 el obispo del Río de la Plata, fray Pedro Fajardo, dio licencia al R. P. fray Pedro del Castillo para que habitara con su comunidad en el edificio, llamado hasta entonces Hospicio de la Recolección o Santa Recolección, al mismo tiempo que lo erigía en convento “a honra de Nuestra Señora la Virgen del Pilar de Zaragoza y San Pedro Alcántara”.

El edificio, descripto por el arquitecto A. Mille en base a un plano que data de 1822, constaba de una planta y primer piso y de varios cuerpos. El primero, con su patio y jardín central, tenía un magnífico claustro completamente aislado y detrás del mismo un amplio corredor de circulación que daba entrada a las celdas principales del monasterio. En este corredor desemboca la entrada principal, a cuyos lados había dos salas de visitas. Por tres escaleras se subía al corredor del piso alto, similar en su disposición a la planta baja. En el segundo cuerpo, que tenía también su patio central, existía un claustro, la enfermería con su capilla, depósito, etc., y en el ángulo posterior el gran refectorio. Detrás del mismo se encontraba la cocina, la despensa y, próximo a ella, el calabozo. En el piso alto había varios locales, posiblemente destinados al coristado y la capilla.

El tercer cuerpo, usado como casa de estudios, tenía cinco aulas aisladas del resto del edificio. Contiguo a este grupo figura una parte que en el plano aparece con el nombre de Almacén y Subterráneo. Un cuarto cuerpo, muy amplio, era destinado a casa de ejercicios, el cual constaba de varias celdas y una amplia capilla. Estaba situado detrás de la iglesia, y contiguo a ésta, con frente a la calle Junín había otro cuerpo aislado formado por dos recintos diferentes: uno, la primitiva casa de Narbona, obsequiada a los recoletos por la viuda de éste, y otro más hacia el interior, con frente al atrio de la iglesia y con entrada por él, que, probablemente, debe de haber estado destinado a enterratorio.

Con posterioridad el antiguo monasterio fue dividido en dos partes, una de ellas estuvo en poder de la curia y la otra, la más importante en extensión, en manos de la Municipalidad de Buenos Aires, y en ella se instaló un Asilo de Ancianos. Esta institución ocupó lo que anteriormente era el patio central del primer claustro, dos alas del mismo, las celdas principales del Convento y el segundo cuerpo con el refectorio, enfermería y capilla.

A través de los años el Convento cumplió además otras funciones. Durante las invasiones inglesas, en 1806 y 1807, fue habilitado como hospital de sangre; en 1809 sirvió da cárcel al sacerdote patriota Andrés J. de Castillo, y en 1816 estuvo allí detenido el doctor Pedro Agrelo.

En 1815 fray Francisco de Paula Castañeda dirigió en este edificio una Escuela de Dibujo, que se trasladó ese mismo año al local del Consulado.

El Convento permaneció en poder de los franciscanos hasta 1822, año en que, a raíz de la reforma eclesiástica promovida por Bernardino Rivadavia, la orden fue suprimida y sus bienes, el monasterio entre ellos, pasó al poder público. El edificio se utilizó, sucesivamente, como prisión, cuartel, hospital de dementes, etc., hasta que en 1858 se instaló el Asilo de Ancianos.

La antigua construcción, que se conserva casi idéntica a su primitivo estilo, fue declarada Monumento Histórico por Decreto Nº 29.746 del 28 de setiembre de 1848.

En 1979 se lleva a cabo una gran remodelación del asilo, siendo intendente municipal el brigadier Osvaldo Cacciatore, convirtiéndolo en el Centro Cultural Ciudad de Buenos Aires. El mismo se inauguró en 1980 y en 1990 cambió su nombre por el de Centro Cultural Recoleta.

En 1993 se inaugura en el predio el Buenos Aires Design Center, dedicado exclusivamente al diseño y también un sector destinado a la gastronomía.

Fuente
Efemérides – Patricios de Vuelta de Obligado
Portal www.revisionistas.com.ar
Vigil, Carlos – Los monumentos y lugares históricos de la Argentina. Editorial Atlántida, Buenos Aires (1959)

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