Casiano Aparicio

Tcnl. Casiano Aparicio (1800-1836)

Nació en Buenos Aires en 1800, siendo su padres, el coronel José Javier Aparicio, y Encarnación Iriarte.  El 13 de junio de 1814 se incorporó como cadete al Regimiento Nº 3 “América”, asistiendo a los últimos días del sitio de la plaza de Montevideo, siendo uno de los que entraron en ésta, cuando capituló el general Vigodet el día 23 de aquel mes y año, por lo que recibió el escudo acordado por el Director Posadas.  Se halló en la corta campaña que emprendió el general Alvear, inmediatamente después de este acontecimiento para batir al caudillo oriental Fernando Otorgués, que se hallaba en connivencia con los primeros españoles, pretendiendo sublevarlos.

Poco después marchó al Ejército del Alto Perú, ya como subteniente abanderado del 1er Batallón del Regimiento de Infantería Nº 3, que le había sido discernido el 10 de abril de 1815.  Posteriormente se incorporó a las fuerzas que a las órdenes del general Güemes, combatieron tesoneramente para defender la integridad de las fronteras del Norte.  El 27 de agosto de 1819 le fueron extendidos a Casiano Aparicio, despachos de alférez de la 1ra Compañía del 2do Escuadrón de Gauchos de Orán, Santa Victoria, San Andrés y la Puna.  Después del motín de Arequito, Aparicio regresó a Buenos Aires, siendo incorporado a las fuerzas de la guarnición, ascendiendo a teniente 2º el 7 de febrero de 1821.  En 1824 marchó a Salta a su pedido, formulado el 20 de marzo del mismo, a incorporarse a las tropas que alistaba en aquella provincia el general Arenales, que desempeñaba las funciones de gobernador.  Al crearse el Batallón de Cazadores, a mediados de aquel año, por orden de Arenales, el que fue encomendado al comandante José María Paz, Aparicio fue incorporado al mismo en clase de teniente 2º.  Los trastornos ocurridos en Salta en aquella época impulsaron a aquél a marchar al teatro de operaciones en el Alto Perú, con las fuerzas destacadas por Arenales en 1824, para contribuir a la terminación de la guerra contra los realistas.

Se incorporó al Ejército Libertador que mandaba Simón Bolívar, en clase de teniente en el 1er Batallón del Regimiento “Pichincha”, del Perú, en el que fue ascendido a capitán, el 24 de mayo de 1825.  Al año siguiente pasó al Batallón “Callao”, en el que sirvió hasta fines de 1828, siendo promovido a sargento mayor, el 24 de junio de este último año.  En el primer cuerpo peruano nombrado, que era el Regimiento Nº 2 de Infantería (o Pichincha), Aparicio estuvo con el después coronel Angel Antonio Salvadores, quien en un informe que expidió el 7 de julio de 1834, acredita que aquél prestó “sus servicios con la mayor delicadeza, honradez y juiciosidad, pues consiguió la mayor aceptación y buen crédito con sus respectivos jefes”.  En el Batallón “Callao”, Aparicio sirvió con el teniente coronel Pedro Nolasco Alvarez de Condarco, quien en un informe fechado el 26 de julio de 1834, dice que el primero sirvió en el Ejército Libertador de referencia por disposición de Simón Bolívar, que se hallaba en Huarás, y que en el Batallón citado donde estuvieron juntos hasta fines de 1828, Aparicio se comportó como un “oficial honrado y de delicadeza”.  Permaneció en el ejército del Perú hasta junio de 1829, en que emprendió el camino de regreso a la Patria, debiendo soportar múltiples dificultades para llegar a Bueno Aires, no sólo por los dilatados caminos a recorrer, llenos de peligros en la época, sino por la escasez suma de sus recursos.  El 3 de agosto de aquel año se presentó a las tropas “Restauradoras de las Leyes”, que mandaba Juan Manuel de Rosas, asistiendo a la entrada de las mismas en Buenos Aires, después de la Convención de Barracas, ajustada entre el último y el general Lavalle, el 24 de aquel mes y año.

Fue incorporado como sargento mayor graduado al cuerpo de infantería que se organizó en el Puente de Márquez y que después se denominó Batallón “Defensores de Buenos Aires”, el 6 de octubre de 1829.

El 1º de julio de 1832 fue promovido a teniente coronel graduado.  El 24 de mayo de 1834 le fue reconocida la efectividad del empleo y nombrado edecán de Juan Manuel de Rosas, Gobernador de Buenos Aires.

El teniente coronel Casiano Aparicio falleció repentinamente en Buenos Aires el 7 de setiembre de 1836, a la edad de 36 años, siendo sepultado en el Cementerio de la Recoleta.  Había contraído enlace el 5 de junio de 1833, con Francisca Javiera Castañón, hija del coronel Bernardo Castañón y de Manuela Petronila Albarracín, la que nació en Buenos Aires el 3 de diciembre de 1815 y falleció el 3 de mayo de 1855.  Del matrimonio con Aparicio sólo nació un hijo póstumo, Casiano Máximo Aparicio, que vino al mundo el 24 de enero de 1837, siendo sus padrinos de bautismo, su abuelo, el mencionado coronel Castañón, y su abuela paterna Encarnación Iriarte de Aparicio.

Fuente

Efemérides – Patricios de Vuelta de Obligado

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Yaben, Jacinto R. – Biografías Argentinas y Sudamericanas – Buenos Aires (1938)

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