El guardián del mausoleo de San Martín

En su casa humilde, pero en la que la coquetería no está alejada, vive el veterano Debroca, al que un ascenso reciente ha elevado a la categoría de subteniente, y hacemos esta salvedad porque nos había sido siempre familiar el calificativo de sargento Debroca, con el que se le conocía.  Y tiene, para los que saben de su vida de soldado, algo heroico este último grado del veterano, pues con él actuó en muchas acciones gloriosas de nuestra historia patria.

Con la llaneza de buen criollo, no recibe en su casa, poniéndose “a nuestra disposición para lo que gustemos mandar”.

De aspecto fuerte aún a pesar de sus 84 años, y con una jovialidad envidiable, “en lugar del té con leche de la gente bien”, nos convida con un cigarrillo y el amargo que son, nos dice, sus más fieles amigos.

- ¿Y las plantas? –preguntamos, mirando su bien cuidado jardincito, instalado sobre la azotea de su casa.

- Son mi pasión favorita y también la única que por ahora me entretiene.

- Creíamos, subteniente, que su pasión favorita seguía siendo el Ejército.

- Es verdad, a pesar de que a él entré obligado por la fuerza; pero después le fui tomando gusto a la cosa, hasta que la consagré toda mi vida.

- ¿Dice que entró por la fuerza?

- Sí; y a propósito, voy a contarles en la forma en que entré al servicio de la Patria…  Tenía trece años, allá por el año 1847, cuando fui tomado preso mientras jugaba en la vereda de Vivot, frente a donde hoy se halla la Casa de Moneda (1, y conducido al cuartel de los Negros de Narbona, donde me dieron la papeleta –y mostrándonos una de sus orejas, en la que conserva aún una señal, nos explicó como en tiempo de Juan Manuel de Rosas un aro, en el que estaba dibujado un ancla, una llave y una cruz, y que se colocaba en el lóbulo de la oreja, constituía la seña o papeleta por la que se les distinguía como soldado de la Federación.

- ¿Permaneció mucho tiempo en ese cuartel?

- Pasé en seguida al fuerte Aguilar, como aprendiz de la banda lisa, y algún tiempo después fui destinado a los cuarteles que había donde se halla actualmente Campo de Mayo.

- ¿Y cuál fue la primera acción de guerra en que le tocó actuar?

- En el año 1852, estando sitiada Buenos Aires, se destinó a mi batallón, que se llamaba “Abastecedores de Corrales”, y que estaba a las órdenes del coronel Videla (2), para dirigirse a Caseros, en cuya batalla tomamos parte.

Mausoleo del Gral. San Martín en la Catedral de Buenos Aires

Ibamos a continuar preguntando, pero el viejo veterano federal, adivinando nuestra intención, y como ya la memoria le falla algo, se apresura a facilitarnos el detalle de su foja de servicios, la que es testigo, nos dice al entregárnosla, del cariño con que he defendido la Patria de San Martín y Belgrano.

Y es verdad que su vida, ya sea como militar o como civil, consagrada siempre al servicio de la nación, es digna de ser conocida.

Perteneció en 1854 al Regimiento Escolta, Granaderos a Caballo, haciendo en 1855 la campaña al Sud, contra los indios, llegando hasta Salinas Grandes.

Algún tiempo transcurre en que se halla alejado del ejército; pero en 1859 al 61 asiste a la campaña de Cepeda y Pavón.  Durante la cruenta guerra del Paraguay, en la que tomó parte en casi todos los combates, su actuación fue descollante, mereciendo por su valentía y arrojo ser citado en una bella descripción debida a la pluma del general José Ignacio Garmendia, como el héroe que evitó en Yataytí.Cora una sangrienta derrota de nuestros soldados.

Tomó parte también en las revoluciones de 1880 y 1890, siendo en esta última uno de los jefes del cantón de Lavalle y Talcahuano.  En 1897 fue nombrado por el gobierno, guardián del mausoleo del Gral San Martín, bajo cuya sombra, nos dice, me siento fuerte y todavía capaz de hacer algunas gauchadas.  No nos sorprendió la afirmación, pues el veterano nos demuestra que sobre él los años no han hecho mucha mella, obligando a elogiarlo, por cuya razón tiene un motivo más de amable deferencia.

Referencias

(1) Por entonces la antigua Casa de la Moneda funcionaba en el edificio ubicado en el cruce de las calles Defensa y México, en Buenos Aires.  Actualmente es la sede del Servicio Histórico del Ejército.  Originariamente dicho edificio fue el Cuartel de Infantería del Restaurador de las Leyes.

(2) Se refiere al coronel Juan de Dios Videla (1815-1880). Ver: http://www.revisionistas.com.ar/?p=5910

Fuente

Anecdotario – www.revisionistas.com.ar

Efemérides – Patricios de Vuelta de Obligado

Portal www.revisionistas.com.ar

Revista Caras y Caretas

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