Leandro Antonio Alen

Leandro Antonio Alen (1795-1853)

Nació en Buenos Aires el 12 de marzo de 1795, siendo hijo de Francisco Alen, y de María Isabel Ferrer, ambos españoles.  Recibió escasa instrucción, y en sus primeros años trabajó en la pulpería que tenía instalada su padre en esta ciudad, situada en el barrio de Balvanera (actual esquina de Avda. Rivadavia y Matheu), que por entonces quedaba en las afueras de la ciudad.  Ese era un lugar de encuentro de los gauchos, payadores, galleros, donde frecuentemente se escuchaban las loas al Brigadier General Ilustre Restaurador de las Leyes.  El 30 de setiembre de 1825 contrajo matrimonio con Tomasa Ponce Gigena (1805-1871).

Cuando cayó el gobierno de Bernardino Rivadavia asistió a las puebladas de los porteños que aclamaron al coronel Manuel Dorrego, quien lo nombró alférez de milicias.  Luego actuó en los regimientos, y se desempeñó, entre otras cosas, como herrador de caballos, matarife y pulpero; su quinta sembrada le permitió ahorrar y comprar solares, levantando casas.

En 1830 ingresó como celador en la Policía, pero con la llegada de Juan Ramón Balcarce perdió su puesto, siendo repuesto con la vuelta de Juan Manuel de Rosas, quien lo confirmó en el escuadrón de policía en 1834, donde prestó servicios como vigilante 1º de caballo, sirviendo a las órdenes del comandante Ciriaco Cuitiño.

Después formó parte de la mazorca –Sociedad Popular Restauradora-.  A la caída de Rosas se retiró de la ciudad, y cuando el coronel Hilario Lagos al frente de la revuelta sitiaba a Buenos Aires, se incorporó a esas fuerzas con otros partidarios federales.  Vencido Lagos, regresó a la ciudad, siendo aprehendido con sus compañeros Badía, Troncoso, Cuitiño, Reyes y otros.  Fueron  sometidos a proceso por decreto del 11 de agosto de 1853, y con Ciriaco Cuitiño recurrieron a la defensa del doctor Marcelino Ugarte, cuyo hijo hacia el año 1900 sería gobernador de la provincia de Buenos Aires. Pese a la brillante actuación de éste, se los condenó a muerte.

Las audiencias se habían llevado a cabo los días 19 al 21 de diciembre.  La crónica ha documentado que mientras Cuitiño guardó profundo silencio durante la lectura de los cargos, Alen interrumpía diciendo: “es falso, no ha sucedido tal cosa, yo no dije eso”.

Alen durante todo el proceso sufrió de depresión moral y material, debiéndose suspender la confesión por haber padecido una congestión cerebral, según el informe médico.  Se le imputó y responsabilizó del crimen de seis personas.

La sentencia fue merodeada por un cierto halo de misterio, debido a que la causa pudo ser consultada nada más que por un reducido número de personas, y lo más escandaloso fue que el legajo del proceso desapareció.  Al día de hoy queda únicamente el testimonio de la sentencia del juez en lo criminal Claudio Martínez, publicado por “La Tribuna”, periódico unitario propiedad de los hermanos Varela, en su edición del 30 de diciembre de 1853.

Momentos antes de la ejecución, Alen se hallaba tan deprimido que no pudo salir por sí solo, siendo llevado en brazos por los soldados; Cuitiño al verlo le expresó que no tuviera miedo, que se parase y alzara la cabeza, que una sola vez se moría.

El 29 de diciembre de 1853, en la Plaza de la Independencia (Concepción), a las 9 de la mañana, fue fusilado juntamente con Ciriaco Cuitiño, por las tropas al mando del coronel Tejerina.  La ejecución de los condenados fue acompañada de un sermón expiatorio a cargo del fray Olegario Correa.  El día anterior, en la prisión testó ante el escribano Marcos León Agrelo, sirviendo como testigos fray Nicolás Aldazor, Cristóbal Bermúdez y Salvador Maldonado.  En ese documento se revela aparentemente tranquilo frente a la muerte, embargado su espíritu por un profundo respeto religioso.

Era padre del coronel Leandro N. Alen, fundador de la Unión Cívica Radical, que cambió la última letra de su apellido para atenuar la permanente discriminación que sufrirá por el recuerdo de su padre: siempre fue “el hijo del ahorcado”.

Fuente

Chávez, Fermín – Iconografía de Rosas y de la Federación – Buenos Aires (1970).

Cutolo, Vicente Osvaldo – Nuevo Diccionario Biográfico Argentino – Buenos Aires (1985).

Efemérides – Patricios de Vuelta de Obligado

Turone, Gabriel O. – Ciriaco Cuitiño – El Ultimo Mazorquero de la Santa Federación.

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