Ernesto de la Cárcova

Ernesto de la Cárcova (1866-1927)

Nació en Buenos Aires, el 3 de marzo de 1866. Hizo sus estudios en esta ciudad, y concluyó el bachillerato hacia 1885. Comenzó en ese año sus primeros ensayos pictóricos en la Asociación Estímulo de las Bellas Artes, bajo la dirección de maestro italiano Francisco Romero. Aconsejado por éste, se dirigió a Europa, inscribiéndose como alumno en la Real Academia Albertina, de Turín, en Italia, con Giacomo Grosso (1860-1938).

Tras laborioso aprendizaje, se presentó en 1890, con tres obras en la XXXI Exposición del Círculo de Artistas Turineses, donde ocupó un lugar destacado entre los pintores italianos. Uno de sus cuadros, el pastel Cabeza de Viejo, que revelaba su personalidad y su ya segura técnica, interesó al entonces rey Humberto I, que lo adquirió para integrar las colecciones del Quirinal. Este fue su primer gran triunfo. Luego viajó a París, y de regreso, en Roma, continuó trabajando imprimiendo a su paleta un acento inconfundible.

En 1893, circunstancias familiares le hicieron volver a Buenos Aires. Al año siguiente, se presentó en la exposición colectiva del Ateneo, donde exhibió su producción europea, y conquistó un nuevo laurel con el óleo de rotunda intención humana y resuelto concepto naturalista, titulado Sin pan y sin trabajo, que acreditó su conocimiento de la composición y del dibujo. Figura esta obra, ejemplo de juvenil madurez, en nuestro Museo Nacional de Bellas Artes. Lozano Mouján dice que fue “la obra de más valor en aquellos tiempos en toda la pintura nacional”. La crítica y la opinión pública coincidieron en colocarlo en primera fila entre los pintores nacionales.

En 1912, fue nombrado delegado al X Congreso de la Historia del Arte, en Roma. Realizó repetidos envíos al Salón Nacional y en 1914, obtuvo el primer premio. Las obras que exhibió en esa oportunidad, fueron: Contraluz, Retrato de la señora L. P. de la Cárcova, El conferenciante Mr. Fougéres y Retrato de Miss L. T.

Después expuso en París, Roma, Turín, Venecia y Madrid. A partir de esa época, se consagró simultáneamente a la enseñanza, en los cursos de la Sociedad Estímulo y de la Academia Superior de Bellas Artes, y a su creación personal, que evolucionó hacia la plenitud de su maestría y se prolongó hasta el final de su vida.

De la Cárcova fue miembro del Instituto Popular de Conferencias, donde desarrolló una obra eficaz. Fue también fundador de la Escuela Superior de Bellas Artes que lleva su nombre y del Museo del Calco. En París, desde 1909 a 1911, desempeñó el cargo de director del Patronato de Becados Argentinos; fue vocal y presidente interino de la Comisión Nacional de Bellas Artes.

Compuso telas de valor destacado como: Bandejas de uvas, Naturaleza, Banco de azulejos, Frutas, La Ventana, Nenúfar, Estudio, Tranquilidad, La taza de té, En el jardín, Cabeza, El precursor, Afrodita, Pomona, Marcelo González Pondal, y otras.

Como medallista grabó la pieza conmemorativa del Centenario de la Universidad de Buenos Aires, en 1921.

Dictó cátedras en la Escuela de Arquitectura y en la Facultad de Ciencias Exactas. Fue miembro del Consejo Deliberante de la Capital, y desde París prestó su apoyo a la Municipalidad de Buenos Aires para seleccionar las obras de arte que embellecen sus plazas y jardines.

Figuró en las exposiciones de mayor prestigio en su país, y en el extranjero, mereciendo sus telas las más altas distinciones: el Premio de Honor en la Exposición de Saint Louis, de Estados Unidos, en 1904; Medalla de oro en la Exposición del Centenario, en Buenos Aire, 1910; Mención en el Salón de Artistas Franceses, París, 1921; Primer Premio en el Salón Nacional de Buenos Aires, en 1914, y Medalla de Oro en la Exposición de San Francisco, California (Estados Unidos), 1915. Fue además Caballero de la Legión de Honor como miembro del Hospital Argentino, en París.

Falleció en Buenos Aires, el 28 de diciembre de 1927. Algunas de sus obras, que fueron el mensaje de una época y de una orientación estética de su generación, se exponen aparte del Museo Nacional de Bellas Artes, en el Museo de Bellas Artes de La Boca y en el Museo Municipal de Artes Plásticas “Eduardo Sívori”, todos en Buenos Aires; en el Museo Municipal “Rosa Galisteo de Rodríguez” (Santa Fe), de Córdoba, Santiago del Estero, San Luis, Gualeguaychú (Entre Ríos) y Godoy Cruz (Mendoza). En el extranjero figuran en el Cívico de Turín y en la Galería Quirinale, de Roma.

La exposición póstuma realizada en Amigos del Arte, demostró dentro de su característico buen gusto, la destreza técnica, comparada a la de Bonnat.

En el jardín de la Escuela Superior de Bellas Artes que lleva su nombre se halla emplazado un busto realizado por Fioravanti, sostenido por un pedestal con esta inscripción: “Ernesto de la Cárcova. Pintor. Fundó esta Escuela en el año 1925”. Una calle de la ciudad lo recuerda como homenaje justiciero.

Se vinculó a los hombres destacados de su época, como Rodin, Bourdelle y Rubén Darío, dejando este último, en una de sus más bellas páginas, la semblanza del maestro. Su archivo particular conserva un material inédito de enorme valor.

Fuente
Cutolo, Vicente Osvaldo – Nuevo Diccionario Biográfico Argentino – Buenos Aires (1969).
Efemérides – Patricios de Vuelta de Obligado
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