Melville Sewel Bagley

Melville Sewel Bagley (1838-1880)

Nació en Bangor, Maine (EE.UU), el 10 de Julio de 1838. Sus padres fueron Sewal David Bagley, oriundo de Troy, Maine, y Sarah Dodge nacida en Monroe, Maine. Siendo muy joven se muda primeramente a Nueva Orleans, pero luego de iniciada la Guerra Civil estadounidense, emigró a Buenos Aires en 1862. Llegó a nuestro país como representante de una casa de publicaciones y se vinculó a los hermanos Antonio Marcos y Demetrio Demarchi, propietarios de la Droguería “La Estrella”, situada en la esquina de Defensa y Alsina. Poco después fundó en 1864, con el apoyo financiero de aquéllos un establecimiento de pastas y licores, industria nueva en el país. La fábrica la instaló en Maipú 205, encargada de la elaboración de una bebida llamada “Hesperidina” (1), licor que tuvo gran aceptación, elaborado a sugerencia del farmacéutico Domingo Parodi, que estaba hecho a base de cortezas de naranjas amargas (2) provenientes de una vieja quinta ubicada en Bernal.

Se le atribuían extraordinarias propiedades como restauradora de las energías perdidas, y en especial, contra las afecciones nerviosas, del estómago, cabeza, intestinos y corazón, y que salió a la venta para las fiestas de Navidad de ese año.

Según las referencias, Bagley era un hombre de mucho dinamismo y con ideas novedosas en cuanto a promoción de ventas. Fue así como antes de la aparición de esa bebida organizó una amplia campaña publicitaria consistente en el lacónico anuncio del nombre del producto en los cordones de las aceras de la Gran Aldea: “Se viene la Hesperidina”. Por más de dos meses, nadie puede descifrar su significado. Los porteños debieron esperar hasta la aparición del diario “La Tribuna” del 24 de diciembre de 1864 para enterarse que se trataba del lanzamiento al mercado de una nueva bebida. El aviso decía que ya estaba en venta en cafés, bares, boticas y droguerías, y que el público podía ir a buscarla y probarla.

La bebida tuvo un éxito enorme y pronto aparecieron las imitaciones. Para impedir la falsificación del producto, entre otras medidas de prevención, hizo confeccionar etiquetas difíciles de imitar, que encargó a la American Bank Note Company, empresa norteamericana especializada en billetes de banco y valores. También en la imprenta de Coni imprimió sus publicaciones de propaganda en gran escala.

Bagley tuvo que luchar ante la justicia para que le reconocieran la invención del producto, y además, bregó para que se creara la Oficina de Patentes y Marcas que resguardara los derechos del inventor. Cuando en 1876 se crea la primer ley local de marcas, la Hesperidina llevó el Nº 1 en el registro de ese organismo. Por entonces tan solo siete países poseían legislación marcaria.

La Hesperidina se llegó a utilizar como tónico estomacal y medicinal en los hospitales y en la atención de los soldados en la guerra de la Triple Alianza. Daba “vigor” y “revitalizaba a los heridos”, contrarrestando los dolores estomacales provocados por la falta de agua potable.

Etiqueta de Hesperidina de 1866

Pedro Luis Barcia, quien fue presidente de la Academia Nacional de Educación y de la Academia Argentina de Letras, expresó: “era una bebida común en los boliches del siglo XIX. No precisamente el vino tinto, que es muy posterior. Primero fue la ginebra, después la Hesperidina y luego el vino tinto”.

La bebida aparece en los cuentos de Cortázar: “Casa tomada”, “Tía en apuros” y “Circe”; también la hallamos en la obra de Juan Carlos Casas “Fraile muerto”; el famoso cantante Roberto “Polaco” Goyeneche tomaba una copa antes de sus actuaciones; Florencio Molina Campos la hace aparecer en las imágenes de sus almanaques de Alpargatas y Francisco Pascasio Moreno la llevaba en todos sus largos y crudos viajes, para atenuar la rudeza del clima. Habiendo surgido como tónico de origen medicinal, pronto se convirtió en aperitivo.

Existe un tango de nombre “Hesperidina. Tango de Moda” compuesto por Juan Nirvassed (3) en 1915 y ganador del premio al mejor tango de la Sociedad Sportiva Argentina, entre otros reconocimientos.

La floreciente empresa pronto extendió sus actividades a la fabricación de galletitas (4), como signo de la creciente importancia. Por resolución del P. E. del 20 de setiembre de 1875, que lleva la firma del presidente Nicolás Avellaneda, se eximió a la empresa del pago de derechos aduaneros para la importación de nuevas máquinas para la fábrica.

Quinta de Bagley en Bernal (Intersección de las calles Dorrego y Zapiola)

En 1875 lanza al mercado las galletitas Lola. Poco después, comercializa la exitosa mermelada de naranja Bagley, hecha con la pulpa de las naranjas usadas para producir Hesperidina. Por entonces surge el primer slogan de la historia comercial argentina: Las 3 cosas buenas de Bagley (la bebida, las galletitas y la mermelada). Todos los productos fueron aceptados por la población y pasaron a formar parte de la idiosincrasia porteña. Con posterioridad aparecieron las clásicas Chocolinas, Criollitas, Rumba, Amor, Merengadas y Ópera.

Falleció en Buenos Aires el 14 de julio de 1880, a los 42 años de edad. Sus restos se hallan en el Cementerio Británico de Buenos Aires.

El 17 de febrero de 1861 se casó con Anna F. Milliken, divorciándose en 1866. Posteriormente contrajo segundas nupcias con Mary Jane Hamilton, con la que tuvo ocho hijos, todos ellos nacidos en Argentina: Edith María Amelia (1867), Sarah Emma (1868), Daisy Ethel (1870), Mabel (1872), Lucía Gertrudis (1874), María (1875), Julia Walker (1877) y Melville (1880).

Lamentablemente no pudo ser testigo del crecimiento de su empresa que con posterioridad se instaló en la calle Gral. Hornos 256, de Buenos aires, en las proximidades de Plaza Constitución. Baggley fue uno de los pioneros más activos e inteligentes de la industria nacional.

Referencia

(1) En la mitología griega las Hespérides eran bellas doncellas que se encargaban de cuidar del hermoso Jardín de las Hespérides que pertenecía a la diosa Hera, allí se encontraba un árbol de manzanas de oro que le otorgaba la inmortalidad a quien las comiera. Tales “manzanas doradas” serían las naranjas que, acorde el mito griego, sólo Hércules pudo llevar a lo que hoy es Europa.
(2) Con una graduación alcoholica del 26% poseía, además de la sustancia amarga de la cáscara de naranja, más de 20 hierbas provenientes de Europa, Asia, Africa y también de nuestro país.
(3) Compositor nacido en Nord-Pas de Calais, Francia, cuyo verdadero nombre era José Dewavrin.
(4) En esa época todavía se importaban del Reino Unido.

Fuente
Barcia, Pedro Luis – “Un inédito diccionario de argentinismos del siglo XIX”, Buenos Aires (2006)
Calvete, Sandra – Hesperidina el retorno de una leyenda, Los Andes, Julio de 2013
Cutolo, Vicente Osvaldo – Nuevo Diccionario Biográfico Argentino, Buenos Aires (1968)
Efemérides – Patricios de Vuelta de Obligado
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Enlaces externos

Hesperidina (el primer jingle del Río de la Plata)
Hesperidina (tango)

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